Durante la jornada de ayer en el marco del juicio por dos causas de abuso sexual y corrupción de menores contra Marco Lautaro Teruel, declararon asistentes sociales, psicólogos y psiquiatras, quienes habían entrevistado a la víctima menor de edad al momento de los hechos denunciados.
Aunque remarcaron que la joven no se presentó a los turnos otorgados en distintos organismos públicos de la salud, los profesionales rememoraron que la niña se autolesionaba y coincidieron en la necesidad de que continuara con un tratamiento psicológico y psiquiátrico.
En este sentido, también declaró una preceptora del colegio al que la menor asistía en 2015, quien puso en conocimiento a los directivos de la institución tras enterarse de las autolesiones de la víctima.
Conmovedor testimonio
En jornadas anteriores del juicio, la víctima expuso su testimonio sobre los abusos denunciados. Señaló que comenzaron cuando ella estaba por cumplir diez años. Dijo que el primer abuso ocurrió antes de que empezaran las clases y que continuaron hasta antes de que cumpliera los trece años, cuando ella estaba en séptimo grado.
La joven contó que, antes de ser sometida sexualmente, ella era una alumna promedio, muy sociable, pero que a partir de los abusos comenzó a tener problemas en el colegio.
"Vivía en la dirección, tenía bajo rendimiento académico y no me llevaba bien con mis compañeros. Me molestaba todo y me sentía incómoda estando con mucha gente", expresó.
Según indicó, a partir de los diez años comenzó a autolesionarse, cortándose los brazos y piernas, que un maestro que le vio las cicatrices le avisó a la directora y que entonces la mandaron a hablar con una psicóloga o una psicopedagoga que había en la institución. Eso, dijo, fue aproximadamente a mitad del cursado del quinto grado.
A esa edad también comenzó a sufrir trastornos alimenticios. A los trece o catorce años le diagnosticaron bulimia y anorexia. La joven mencionó que intentó suicidarse mediante cortes profundos en los brazos y la ingesta de pastillas
La víctima describió luego cómo ocurrían los abusos, cuando Teruel la llevaba a un baño de la casa de él y la obligaba a practicarle sexo oral. Dijo que cuando ella se negaba a acompañarlo, él cambiaba el tono de voz y eso le daba miedo. A veces la agarraba del brazo y la hacía arrodillarse. Otras veces la amenazaba con pegarle. Según recuerda, ella lloraba en esos momentos.
Continuó relatando que, a partir de los trece años, empezó a buscar excusas para no ir a la casa de los Teruel. Vio a Lautaro nuevamente varios años después, recién cuando se encontró con él en el Monumento a Güemes, luego de que el acusado le pidiera que hablaran sobre los abusos a los que la había sometido.
La joven refirió que fue a ver a un abogado para preguntarle si la grabación le serviría como prueba, y que el profesional le respondió que ella podía pedir una indemnización y que, por ser los Teruel figuras públicas, posiblemente iban a optar por solicitar un juicio abreviado. Al respecto, afirmó que nunca le pidió dinero a Lautaro ni a su familia.
Cómo continúa el juicio
La quinta jornada de la audiencia de debate a cargo de la Sala III del Tribunal de Juicio, presidido por la jueza Carolina Sanguedolce y con la vocalía de los jueces María Gabriela González y Pablo Farah, se desarrollará este viernes 1 de octubre, desde las 8.30, en el Salón de Grandes Juicios del Poder Judicial.
Está prevista la declaración de diversos testigos en el marco de la segunda causa, entre ellos, la víctima.