Luego de una marcha de 10 días y 280 kilómetros a pie, las mujeres, niños y hombres wichi que llegaron ayer a la capital salteña desde Embarcación, no tuvieron aún una respuesta concreta de parte de las autoridades del gobierno provincial sobre la provisión de agua potable, el principal reclamo por el que se movilizaron.
El cacique de la comunidad Misión Salim 2, Leonardo Simplicio relató que si bien el Ministro de Salud les brindó un lugar donde pasar la noche e higienizarse, luego fueron desalojados de manera precipitada y los funcionarios que los atendieron les brindaron escasas soluciones a sus demandas.
“Llegamos ayer en horas de la tarde”, relató Simplicio. Cuando ya se aprestaban a pasar la noche en el Anfiteatro del Parque San Martín, luego de jornadas de extensa caminata y días sin comer recibieron una elemental asistencia por parte del estado.
“En horas de la noche me llamó el doctor Juan Esteban, Ministro de Salud. Quien nos di un lugar para que la gente y los chicos descansen. Al rato vino la policía, nos llevaron en una trafic cde la policía para Legado Güemes.”
El traslado al edificio del Legado Güemes, en calles Entre Ríos e Ibazeta ocurrió en horas de la madrugada pero la hospitalidad estatal no duró mucho tiempo.
“Ahí nos higienizamos, nos bañamos y descansamos. A la mañana vino una señorita con una carpeta grande y nos dijo: ustedes ya se tienen que ir porque es hasta hoy nomás el alojamiento, así que vayansé, no tienen nada más que hacer aquí. Eso fue esta mañana. Así que nos vinimos de vuelta al telesférico”
Es así que nuevamente la comunidad wichi, con niños y bebés quedó expuesta y desamparada sin ningún tipo de refugio ni cobertura; en la calle. Ante esa dura alternativa, algunos de ellos decidieron retornar a sus hogares.
“Ahora 24 personas que estaban decidieron volverse a sus casas porque tienen chicos que cuidar. Aún quedamos nosotros que somos unas 23 personas.”
Simplicio relató que las gestiones realizadas ante funcionarios gubernamentales tuvieron módicas respuestas paliativas y casi ninguna solución de fondo.
“Respecto de nuestros reclamos, recibimos algunas respuestas sobre proyectos productivos. También una partecita, la gente de Asuntos Indígenas del Ministerio de Desarrollo Social, nos dieron algunas herramientas pequeñitas como rastrillos y palas. Pero esto no es la solución”, señaló.
Con respecto a la demanda de nombramiento de docentes bilingües, tuvo que conformarse con una distante recepción por parte de la funcionaria de la cartera educativa.
“También dialogamos con la señora Maza, supervisora del Ministerio de Educación , ella no nos da mucha información porque nos atiende 10 o 15 minutos y se va, nos quedan preguntas por hacerle pero ella a los 15 minutos se va, como que está molesta, y hemos quedado en el aire, no tenemos solución de la parte de educación.”
Otro de los planteos de los originarios era poder acceder a la financiación para construir viviendas, pero sólo recibieron respuestas negativas “Con respecto a las viviendas la ministra nos dijo que no hay fondos y que vería de donde conseguirlos para asistirnos.”
Si bien muchas madres de la comunidad optaron por regresar, casi la mitad de las y los wichis se quedan en Salta a la espera de soluciones concretas, que en el caso de su demanda por el acceso al agua potable, fueron directamente ignoradas. “Esta noche no sé si pasaremos también la noche en el Parque San Martín, vamos a ver”, concluyó Simplicio.
Aportamos un teléfono para colaborar con esta comunidad wichi: 3878 609148
Luego de una marcha de 10 días y 280 kilómetros a pie, las mujeres, niños y hombres wichi que llegaron ayer a la capital salteña desde Embarcación, no tuvieron aún una respuesta concreta de parte de las autoridades del gobierno provincial sobre la provisión de agua potable, el principal reclamo por el que se movilizaron.
El cacique de la comunidad Misión Salim 2, Leonardo Simplicio relató que si bien el Ministro de Salud les brindó un lugar donde pasar la noche e higienizarse, luego fueron desalojados de manera precipitada y los funcionarios que los atendieron les brindaron escasas soluciones a sus demandas.
“Llegamos ayer en horas de la tarde”, relató Simplicio. Cuando ya se aprestaban a pasar la noche en el Anfiteatro del Parque San Martín, luego de jornadas de extensa caminata y días sin comer recibieron una elemental asistencia por parte del estado.
“En horas de la noche me llamó el doctor Juan Esteban, Ministro de Salud. Quien nos di un lugar para que la gente y los chicos descansen. Al rato vino la policía, nos llevaron en una trafic cde la policía para Legado Güemes.”
El traslado al edificio del Legado Güemes, en calles Entre Ríos e Ibazeta ocurrió en horas de la madrugada pero la hospitalidad estatal no duró mucho tiempo.
“Ahí nos higienizamos, nos bañamos y descansamos. A la mañana vino una señorita con una carpeta grande y nos dijo: ustedes ya se tienen que ir porque es hasta hoy nomás el alojamiento, así que vayansé, no tienen nada más que hacer aquí. Eso fue esta mañana. Así que nos vinimos de vuelta al telesférico”
Es así que nuevamente la comunidad wichi, con niños y bebés quedó expuesta y desamparada sin ningún tipo de refugio ni cobertura; en la calle. Ante esa dura alternativa, algunos de ellos decidieron retornar a sus hogares.
“Ahora 24 personas que estaban decidieron volverse a sus casas porque tienen chicos que cuidar. Aún quedamos nosotros que somos unas 23 personas.”
Simplicio relató que las gestiones realizadas ante funcionarios gubernamentales tuvieron módicas respuestas paliativas y casi ninguna solución de fondo.
“Respecto de nuestros reclamos, recibimos algunas respuestas sobre proyectos productivos. También una partecita, la gente de Asuntos Indígenas del Ministerio de Desarrollo Social, nos dieron algunas herramientas pequeñitas como rastrillos y palas. Pero esto no es la solución”, señaló.
Con respecto a la demanda de nombramiento de docentes bilingües, tuvo que conformarse con una distante recepción por parte de la funcionaria de la cartera educativa.
“También dialogamos con la señora Maza, supervisora del Ministerio de Educación , ella no nos da mucha información porque nos atiende 10 o 15 minutos y se va, nos quedan preguntas por hacerle pero ella a los 15 minutos se va, como que está molesta, y hemos quedado en el aire, no tenemos solución de la parte de educación.”
Otro de los planteos de los originarios era poder acceder a la financiación para construir viviendas, pero sólo recibieron respuestas negativas “Con respecto a las viviendas la ministra nos dijo que no hay fondos y que vería de donde conseguirlos para asistirnos.”
Si bien muchas madres de la comunidad optaron por regresar, casi la mitad de las y los wichis se quedan en Salta a la espera de soluciones concretas, que en el caso de su demanda por el acceso al agua potable, fueron directamente ignoradas. “Esta noche no sé si pasaremos también la noche en el Parque San Martín, vamos a ver”, concluyó Simplicio.
Aportamos un teléfono para colaborar con esta comunidad wichi: 3878 609148