No es la primera vez que la jueza realiza este tipo de comentarios en causas tan delicadas. Cuando estuvo en pleno desarrollo la causa por el crimen de Jimena Salas, se refirió al esposo de la mujer en una entrevista: ''Lamentablemente se llegó a un juicio donde no se pudo demostrar la culpabilidad del marido de Jimena Salas'', adjudicándole de cierta manera la culpabilidad, siendo que ella no era quien se encontraba encargada de dirigir el caso, sino más bien, la jueza Edith Rodríguez, titular del Juzgado de Garantías nº 5.
En este sentido, los comentarios de esta índole no son de sorprenderse en lo que confiere a la magistrada. Respecto al caso que implica el asesinato de los hermanitos Leguina, debido a que existe la posibilidad de conocer quién fue su verdadero asesino, dijo que ''mandaría a Marcelo Torrico al patíbulo'', de ser necesario.
En palabras simples, la jueza de Garantías N 1 de Salta comentó: ''En el caso de Torrico hay una sentencia firme y hubiera correspondido, yo lo hubiera firmado. Después de tanto tiempo en el cargo y de ver la brutalidad y bestialidad de algunos crímenes, hay casos hoy que yo firmaría la sentencia de muerte sin inconvenientes morales''.
Estos son sólo algunos de los hechos que exponen la impunidad en la palabra con la que actúan ciertos referentes en el ámbito legal de la Justicia. Entonces, aquí surge la duda respecto a la verdadera seriedad con las que se llevan a cabo los juicios y los procedimientos de diferentes hechos delictivos.