Lo que pareció en su momento ser un alivio al bolsillo de los argentinos, se volvió en una necesidad básica: al día de hoy, 25 de las 30 empresas que estaban contenidas en el programa Precios Justos, no proveen la cantidad acordada con Nación en su momento. Esto se debe, a una especie de protesta debido al anuncio del Ministro de Economía, donde establecia un ''congelamiento de precios'' por unos meses.
Así mismo, este conflicto ya se veía venir a la hora de hacer el comunicado. La delicada situación de la economía del país, sumado a los conflictos de poderes que se dan ''por detrás'' solo marca una falencia que tiene consecuencias en los argentinos.
En este contexto, alrededor de 30 empresas dejaron de proveer más de la mitad de sus productos como ''protesta'', vaciando las góndolas del supermercado. Con esto, las empresas buscan que no se renueve el programa Precios Justos; que involucra tanto el congelamiento de precios de 2500 productos como los aumentos autorizados por el Gobierno.
Juego de ricos, y las consecuencias son para los que menos tienen
La estrategia de Massa para la ''desinflación'', conlleva un proceso de congelamiento de alrededor de 2500 prodcutos, que incluyen alimentos, bebidas y canasta básica. Este tope de suba de precios sería hasta el mes de abril, donde se actualizarían nuevamente los precios.
Sobre esto, Página/12 presentó información que revela de diversas fuentes que Precios Justos se renovaría hasta el mes de junio, pero derrumbandose el abastecimiento de las fábricas de los productos acordados en los supermercados, este criterio se encuentra en discusión.
Al día de hoy, 25 de las 30 empresas vinculadas al programa, abastecen a los supermercados menos del 50% de los productos; siendo asi de 10 la entrega de menos de 5 y hasta a veces ninguno. En total, sólo cinco fábricas distribuyen en cantidad por arriba del 50%, y nisiquiera llegan al 100%.
Esta cifra, claramente muestra preocupación desde el inicio de Precios Justos, debido a que en un principio todas superaban el 70% de abastecimiento en torno a lo solicitado para el cumplimiento adecuado del programa.
Según esta información, surge la sospecha de Nación sobre el destino de la mercadería que no es abastecida a los supermercados: aparentemente, esta sería destinada a negocios de barrio, donde se puede vender lo mismo a un precio mayor.