Diferente a muchas otras propuestas de ciencia ficción, con una gran carga simbólica y llena de enigmas que no son fáciles de resolver. Así es Raised by Wolves, la serie que cuenta con Travis Fimmel (Vikingos) , la actuación descollante de la nobel Amada Collin y que Ridley Scott ha diseñado para el placer de los amantes de las historias futuristas con un tono oscuro y apocalíptico.
Es un proyecto de Ridley Scott
Ridley Scott es el gran impulsor de este proyecto. Aquí ha combinado las labores de productor ejecutivo con las de director de los dos primeros episodios. Y se nota. El responsable de taquillazos como Alien, Blade Runner o Gladiatorno ha escatimado medios para una serie que se ha convertido en la producción audiovisual con mayor presupuesto rodada en Sudáfrica. Localizaciones cercanas a Stellenbosch y Lourensford Wine Estate sirven de escenario para una historia futurista en la que dos androides son enviados a un planeta lejano llamado Kepler-22B. Allí deben criar a un grupo de niños, lejos de cualquier peligro.
Aunque, como telón de fondo, Raised by Wolves refleja la eterna pugna entre religión y ciencia. Junto a ello, la presencia de seres creados por el hombre que parecen haber desarrollado sentimientos para los que no estaban programados es un asunto que nos hace recordar trabajos anteriores de Scott como Alien o Blade Runner.
HAY SUSPENSE EN TODOS LOS CAPÍTULOS
En Raised by Wolves hay acción, muchas muertes y un gran eje que vertebra la historia: el dilema moral sobre si la ciencia debe prevalecer sobre las creencias religiosas o al revés. Los androides protagonistas, llamados Padre (Abubakar Salim, serie Fortitude) y Madre (Amanda Collin, Redención: los casos del departamento Q), son seres artificiales que protegen a humanos. Pero no están solos en el inhóspito planeta Kepler-22B.
Madre, junto a los 'hijos' que cuida en Kepler-22B.
Conforme se suceden los episodios aparecen otros humanos con un enorme poder destructivo que, apoyados en líderes religiosos, tratan de imponer sus reglas. Una ecuación que no incluye a los androides, que deben ser eliminados. Sobre todo Madre, una androide programada para cuidar a los pequeños pero con capacidad (como nigromante) para volar y eliminar a humanos gracias a potentes ondas emitidas. Aquí sí que habría que advertir de la gran carga violenta que presenta esta serie. Entre otras, se ven imágenes de cabezas estallando. Casi nada.
COMBINA ACCIÓN CON TRASFONDO RELIGIOSO
La pugna entre los seguidores de la religión mitraica y los ateos acabó hace tiempo con la vida en la Tierra, según plantea Raised by Wolves. Y Padre y Madre han sido enviados por los ateos a Kepler 22-B, junto a una serie de embriones. La idea es preservar la vida humana y confiar en la ciencia y la razón, dejando a un lado creencias de otro tipo.
Travis Fimmel, la estrella de 'Vikingos', aparece en esta serie.
Todo cambia con la llegada al planeta de una nave de humanos enviada por los mitraicos, que adoran al Sol y no tienen reparos en matar a sus rivales. Aquí habría que destacar la presencia de las dos caras más conocidas del reparto: Travis Fimmel, que fue Ragnar en Vikingos; y Matias Varela, estrella en Narcos y visto en la segunda temporada de Hierro. Sus personajes, claves en la trama, ocultan muchas sorpresas que es mejor ir descubriendo episodio a episodio.
TIENE UN FINAL SORPRENDENTE
Hay que morderse mucho la lengua para no desvelar el gran giro al final de la primera temporada. Pero, si recordamos que Ridley Scott está detrás de todo y que es un experto a la hora de continuar historias aunque hayan pasado años, algo se puede intuir. De manera general, Raised by Wolves es una serie de digestión lenta, con un ritmo trepidante en las secuencias de acción y que deja espacio a la reflexión. Muy oscura pero que ofrece una gran recompensa. Ya va por su segunda temporada en la plataforma HBO Max, aunque también puede verse gratis ingresando en este enlace.