Sam Altman, cofundador de OpenAI (la empresa que desarrolló ChatGPT) fue despedido oficialmente el miércoles pasado en circunstancias extrañas que podrían estar vinculadas al algoritmo Q*, según difundieron algunos medios de comunicación por opiniones de especialistas.
Cabe aclarar, que al despido de Sam Altman se sumó la renuncia de Greg Brockman, ahora ex presidente de la compañía, debido al proceso iniciado en contra del SEO de Open IA, desarrolladora de ChatGPT y que ahora se encuentra en grave crisis. A esto se suma, la amenaza de renuncia de hasta el 95% de los empleados de la compañía y posterior inclusión en la empresa Microsoft, en caso que no se restituya al cofundador.
Si bien los rumores aseguran que este despido se debió a falta de comunicación entre la junta y el SEO por “poco transparente en sus comunicaciones con la junta” y desarrollo acelerado de la IA, aún no hay opiniones claras al respecto.
El regreso de Altman a la comunicación pública, sólo genero más opiniones cruzadas y ninguna certeza. Más aún cuando lo consultaron respecto a su despido. Como respuesta, reveló que la junta directiva realizará una revisión de manera independiente, asegurando que "Me parece muy bien. No tengo mucho más que decir ahora, pero estoy deseando saber más".
El algoritmo Q*
Según empleados de la empresa, esto podría suponer un gran avance vinculado a la Inteligencia Artificial, demasiado fuerte para algunos. Una IA que podría imitar (o incluso superar) la inteligencia humana.
Según información proporcionara por WIRED: ''El trabajo de mayo se centró en reducir los errores lógicos cometidos por los grandes modelos de lenguaje (LLM). La supervisión de procesos, que consiste en entrenar a un modelo de IA para que desglose los pasos necesarios para resolver un problema, puede mejorar las posibilidades de que un algoritmo dé con la respuesta correcta. El proyecto demostró cómo esto podría ayudar a los LLM, que a menudo cometen errores simples en preguntas matemáticas elementales, a abordar estos problemas con mayor eficacia''.
Otra posibilidad que estima la revista digital, sugiere que: ''El nombre puede ser una alusión al Q-learning, una forma de aprendizaje por refuerzo que implica que un algoritmo aprenda a resolver un problema mediante retroalimentación positiva o negativa, que se ha utilizado para crear bots que juegan y para afinar ChatGPT para que sea más útil. Algunos han sugerido que el nombre también puede estar relacionado con el algoritmo de búsqueda A*, muy utilizado para que un programa encuentre el camino óptimo hacia un objetivo''.
"Ningún comentario en particular sobre esa desafortunada filtración. Pero lo que hemos estado diciendo -hace dos semanas, lo que decimos hoy, lo que hemos estado diciendo hace un año, lo que decíamos antes- es que esperamos que el progreso en esta tecnología siga siendo rápido y también que esperamos seguir trabajando muy duro para averiguar cómo hacerla segura y beneficiosa", sentenció el ahora ex SEO, en la entrevista sobre las circunstancias.