Un informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa) reveló que, en julio de 2024, los medicamentos más consumidos en el país aumentaron en promedio un 5%, aunque también hubo subas que llegaron hasta el 482% de manera interanual, mientras los salarios de los jubilados que cobran la mínima perdieron un 14% de su poder de compra en la comparación con 2023.
Precisamente, uno de los datos preocupantes del informe es que aquellos medicamentos que se comercializan a través del Programa de Atención Médica Integral (Pami), destinado a la clase pasiva en Argentina, presentaron un incremento aún mayor al promedio en sus precios, al llegar al 7,6%. Uno de los casos más llamativos es el del Daflon 500, un medicamento clave para tratar problemas vasculares, cuyo precio se disparó un 482% en un año, pasando de $11.553 a $67.193. Pero este incremento desproporcionado no es aislado: otros fármacos de uso cotidiano, como el Ibupirac 600 mg, utilizado para aliviar dolores y bajar la fiebre, aumentó un 456% en el mismo período.
Estos aumentos, que superan por mucho a la inflación general, afectan principalmente a las personas mayores, cuyo poder adquisitivo se ha visto severamente erosionado. En efecto, a julio de 2024, la jubilación mínima se actualizó solo un 4,2%, mientras que el bono de $ 70.000 que reciben quienes la cobran se mantiene congelado hasta la actualidad, por lo que esos salarios siguen perdiendo poder de compra mes a mes ante la inflación.
De acuerdo al Cepa, la pérdida del poder adquisitivo en las jubilaciones mínimas alcanzó el 35,2% entre noviembre de 2023 y julio de 2024, lo que agrava aún más la situación. “El desfase entre el aumento de los medicamentos y las jubilaciones es abrumador”, señala el informe, que indica que “mientras los precios de los fármacos suben sin freno, las jubilaciones no logran seguir el ritmo, lo que deja a los adultos mayores en una situación de extrema vulnerabilidad”.
Reflejo de esta situación es el dato del consumo interno de los medicamentos, que cayó un 26,4% en términos interanuales. La pérdida de poder adquisitivo y el encarecimiento de productos esenciales llevaron a muchos argentinos a reducir el gasto en tratamientos médicos.
Lo paradójico es que, mientras el mercado interno sufre, las exportaciones farmacéuticas argentinas crecieron notablemente: en julio de 2024, las exportaciones aumentaron un 8,5% en comparación con el mismo mes del año anterior. De esta manera, mientras los laboratorios argentinos prosperan en el exterior, en Argentina cada vez más personas se ven obligadas a renunciar a su salud por los altos costos que tienen los medicamentos.
Otro golpe a las obras sociales
Después de anunciar que Swiss Medical inició el proceso para que los aportes de sus afiliados no triangulen con obras sociales y vayan directo a la empresa de salud, el ministro del área, Mario Lugones, se reunió con las principales prepagas del país para informarles el próximo paso del Gobierno.
Según confirmaron fuentes oficiales, esta semana se publicará una resolución que buscará que todas las prepagas de medicina prepaga se inscriban en el Registro de Agentes del Seguro de Salud, donde las compañías declaran que dejan de tener convenios con obras sociales o sindicatos que funcionan como intermediarios en el pago del servicio de los afiliados.
La resolución establecerá que “a partir del 1 de diciembre de 2024 todas las entidades que ofrezcan planes de salud financiados, total o parcialmente, con fondos provenientes de la seguridad social, deberán inscribirse en el Registro de Agentes del Seguro de Salud (con encuadre en el inciso I) del artículo 1 de la Ley N 23.660”.