También, los pescados y mariscos pueden transmitirlas.
Algunos frutos y vegetales frescos pueden haberse contaminado al ser lavados con agua no potabilizada. La contaminación, además, puede producirse en la cocina, si los jugos de carne cruda, de vaca o ave, entran en contacto con otros alimentos sin cocinar, como las ensaladas.
Para prevenir la salmonelosis, se aconseja:
Cocinar bien los alimentos. Las bacterias suelen encontrarse en productos animales y se pueden matar con el calor mientras se cocinan. Usar el microondas no es una forma fiable de matar bacterias.
Manipular los huevos con cuidado, cocinarlos bien y evitar hacer huevos poché (con la yema líquida).
Evitar las comidas que puedan contener ingredientes crudos. El aderezo de la ensalada césar, el Tiramisú, los helados hechos en la casa y el glaseado pueden contener huevos crudos.
Mantener limpias las superficies donde se cocina, lavarse a conciencia las manos, así como las tablas para cortar y los cuchillos después de manipular alimentos por cocinar.
Evitar el contacto con las heces de las mascotas. Lavarse bien las manos con agua y jabón luego de tocar un animal. No cocinar para otras personas cuando se esté enfermo, sobre todo si se tiene vómitos o diarrea. Mantener la comida bien refrigerada. No dejar los alimentos cocidos fuera de la heladera por más de 1 hora.
La salmonela es un grupo de bacterias que generan la salmonelosis. Una enfermedad infecciosa que se encuentra entre las más habituales transmitidas por los alimentos. Este microorganismo, podemos encontrarlo con mucha frecuencia en el pollo crudo, los huevos, la carne vacuna y algunas veces también en las frutas y otros vegetales sin lavar.
La bacteria de la salmonela generalmente vive en los intestinos de animales y humanos y se libera mediante las heces. Por lo general, los alimentos contaminados con salmonela o con otros microbios potencialmente peligrosos para la salud, suelen tener una apariencia, un sabor y un olor normales. Pero los alimentos no son la única manera en que la salmonela se propaga a las personas.
La bacteria también se puede transmitir a través del agua contaminada, el medioambiente, otras personas y también los animales. Por eso, es muy importante saber cómo prevenirla.
Síntomas y tratamiento
Algunos de los síntomas característicos pueden ser fiebre, diarrea, cólicos abdominales, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y, también, pérdida de apetito.
En algunos casos, la diarrea asociada con la infección por salmonela puede deshidratar al punto de requerir atención médica. También pueden presentarse complicaciones que ponen en riesgo la vida si la infección se propaga más allá de los intestinos. El riesgo de adquirir la infección por salmonela es mayor si viajas a países con condiciones de higiene deficientes.
La mayoría mejora sin tratamiento, aunque puede ser más grave en adultos mayores y niños pequeños, y también en personas con enfermedades crónicas cuyo sistema inmune se encuentra debilitado. Por eso es tan importante la prevención con estos cuidados que acabamos de repasar.